El faro del Llobregat se encuentra en la margen izquierda del río Llobregat, en el Norte de su desembocadura. Está formado por una torre de dos cuerpos, el inferior de sección cuadrangular y el superior octagonal sobre un edificio cilíndrico. Está coronado con una cúpula de vidrio. De esta forma no únicamente ilumina hacia el mar, sino también hacia el cielo para ayudar a la navegación y la geolocalización de los aviones.
Faro de recalada para llegar al Puerto de Barcelona, fue encendido por primera vez el 1 de enero de 1852. Es el faro modelo de muchos faros que se construyeron durante la primera fase del Programa de Alumbramiento de la costa española. Además, es el faro moderno más antiguo en activo de la costa barcelonesa y tiene el mérito de haber llegado en pleno funcionamiento hasta la actualidad, a pesar de haber estado siempre amenazado de cierre, bien por causas de la naturaleza o por razones administrativas.
Está emplazado a un metro sobre el nivel del mar, en el delta del Llobregat. Antiguamente, la zona era de marismas y cultivos. Al principio estaba a 300 metros de la línea costera, pero ya en 1954 el mar lo había convertido en un istmo que hacía peligrar su estructura, por el retroceso erosivo de la costa debido a las sucesivas ampliaciones del puerto de Barcelona. Otra amenaza que hizo peligrar el futuro de este faro fue una Real Orden de 1903 que preveía su derribo, para ser reemplazado por un nuevo faro que debía construirse en Montjuïc. La oposición de los agentes marítimos de Barcelona lo impidió, definitivamente, en 1928.
Este faro era el punto de referencia más seguro para recalar en el puerto porque señalaba los bajos arenosos formados en la desembocadura del río Llobregat. Hasta la última ampliación del puerto lo protegía una escollera construida para resguardar la costa; hoy ha quedado en las instalaciones portuarias, aunque, debido a su alcance, es utilizado todavía para la navegación marítima.
En 1969 se le añadió un radiofaro que fue sustituido en 2001 por una estación GPS diferencial, la cual, con un alcance de 100 millas, corrige las posiciones erróneas que podemos obtener del GPS. La luz tiene un alcance de 21 millas.