La construcción del Faro de Calella se basa en el esquema arquitectónico utilizado en las obras del primer Plan de Faros. Se trata de una torre cilíndrica de 10 metros de altitud que sobresale de la casa donde vive el torrero, y coronada por una cúpula de cristal. El punto lumínico está a 46 metros sobre el nivel del mar. Posteriormente ha sido muy representada en el imaginario colectivo de Cataluña.
Desde un primer momento fue catalogado como faro de Tercer Orden. Ubicado en la Punta de Calella, peñasco que retiene, por su parte de poniente, a las arenas procedentes del rio Tordera, que originan la gran playa de la población.
En el año 1916 se electrifica, siendo el primero de Cataluña, debido la facilidad de suministro, ya que se encuentra al lado de la importante población industrial de Calella, en aquellos años con grandes fábricas textiles de género de punto, que utilizaban la energía eléctrica para su funcionamiento.
En enero de 1936 se ordena un estudio para instalar aquí un radio-faro, intención que quedó suspendida por el inicio de la Guerra Civil.
El 6 de diciembre de 1936 se coloca una batería antiaérea para proteger la costa de Levante de Barcelona y se apaga la luz del faro hasta el final de la contienda. Durante este periodo es objeto de varios bombardeos.