Colaboración público-privada

El impacto económico de la America's Cup de Barcelona se cifra en mil millones de euros, además de en la creación de 19.000 puestos de trabajo. Y todo esto con una inversión mínima por parte de la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB). Este es el secreto del éxito.

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Bandera BCN Emirates
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, haciendo entrega de una bandera de la capital catalana al CEO del Emirates Team New Zealand, Grant Dalton y al COO Kevin Shoebridge (Emirates Team New Zealand)

El modelo de éxito público-privado de la America's Cup de Barcelona

Para conseguir ser sede de la America's Cup, igual que en otros grandes acontecimientos deportivos, deben asegurarse dos elementos esenciales: por un lado, disponer de exigentes infraestructuras, en este caso portuarias y, por otro, cubrir el riesgo del coste de la organización del evento.

Barcelona ha sido capaz de formular una oferta exitosa que da respuesta a estos dos puntos de partida, y lo ha hecho de manera diferente a las ciudades que la han precedido en la organización de la Copa América de vela.

Que un puerto disponga de la infraestructura necesaria para albergar a los seis equipos que participarán es prácticamente imposible. Bien porque esta infraestructura no existe o bien porque aunque exista, en ella se realizan otras actividades. Por eso, en muchas ocasiones la propuesta de ciudades sede es la de construir costas infraestructuras, vinculadas a complejas transformaciones urbanísticas no siempre necesarias.

Ante esa realidad, las administraciones públicas son reticentes a dar luz verde a esa arriesgada transformación, sobre todo en una sociedad que cada vez exige un mayor análisis del coste-beneficio de un evento de estas características.

Barcelona y el Port lo han hecho manera diferente.

De entrada, el Port solo disponía de espacio para un solo equipo. Los otros cinco debían obtenerse con la colaboración y la complicidad entre el Port y sus operadores privados. Ellos han posibilitado albergar en sus propias instalaciones otros cuatro equipos más en unos espacios que, una vez concluya la America's Cup, se recuperarán para su actividad habitual. Para la sexta y última base se ha tendio que acelerar el proceso de traslado de parte de la actividad comercial portuaria hacia el sur.

La colaboración entre el sector público, que lidera, planifica y gestiona, y el sector privado, con empresas que hna asumido como propia la capacidad de hacer posible el acontecimiento, fue la clave para presentar la oferta inicial y para permitir la ubicación muy bien distribuida a lo largo y ancho del Port Vell.

Por otro lado, la designación de Barcelona como sede ha obligado a acelerar un conjunto de inversiones que estaban pendientes.

En cuanto a la asunción de compromisos económicos, Barcelona también ha sido diferente. Las aportaciones públicas han sido complementadas por avales de un conjunto de personas físicas que, con su dinero, procedieron a garantizar económicamente la celebración del acontecimiento. La inmensa mayoría de estas personas no obtendrán ningún beneficio directo, pero se sintieron comprometidos con el interés general.

La comunión entre las administraciones, la gestión prudente de los recursos públicos, plasmada fundamentalmente en la no ejecución de nuevas infraestructuras, y el reparto de riesgos y cargas entre diferentes sectores, son los elementos que definen la 37ª edición de la America's Cup y marcan un modelo para el futuro mucho más colaborativo y eficiente.

Market Place America's Cup

Desde la Fundació Barcelona Capital Nàutica se quiere proporcionar al ACE Barcelona, organizador de la 37th America's Cup, así como a todos los equipos participantes en la competición, todos los servicios y soluciones que puedan necesitar para operar con éxito en Barcelona.

Esto incluye contratos y servicios para el funcionamiento regular de los equipos, sus bases náuticas, los servicios necesarios en la ciudad o para cualquier aspecto subsidiario necesario en la organización del propio evento, dentro o fuera del agua.