Consumo compartido

Islas energéticas, autosuficientes y con excedente

En 2020 se pusieron en marcha diversas pruebas piloto de comunidades energéticas de consumo compartido entre diversas instalaciones de concesionarios. El objetivo es aprovechar al máximo la generación fotovoltaica, procurando que los excedentes producidos en una instalación puedan ser aprovechados por las instalaciones vecinas.

Una isla energética es un modelo que apuesta por la autosuficiencia, tanto en la generación de energía, como en su consumo y almacenamiento. Reduce la dependencia de la red de distribución y requiere un transporte menor de energía y, por tanto, una disminución en las pérdidas. Toda la energía consumida localmente es una energía eficiente. 

Creators, un piloto de isla energética en el Moll de Pescadors

El proyecto engloba a la Llotja, la fábrica de hielo y otras instalaciones, como aparcamientos y restaurantes. Primero se identifica y monitorea la distribución del consumo de energía a lo largo del tiempo. El Port de Barcelona se sitúa en una zona diáfana, bien orientada y que recibe luz solar durante prácticamente los 365 días del año, así que la energía fotovoltaica es la más adecuada. 

Se han instalado paneles en las cubiertas de los edificios y en las pérgolas. Una vez se han identificado tanto a quién consume esta energía como a quién la genera, se realiza un ejercicio de simulación y de encaje que da como resultado unas conclusiones en las que se podrá ver cuál es el porcentaje de autoconsumo y cuál es el precio equivalente de kilovatio/ hora generado por los diferentes actores. A partir de aquí, se dimensiona la inversión y explotación de la comunidad energética.

Esto se consigue con el almacenamiento de energía en baterías y sensorizando la red eléctrica para que sea inteligente y pueda decidir en cada momento el mejor destino de la electricidad producida.