En el año 2017 el Port de Barcelona ha efectuado un importante salto de escala, que nos posiciona en un nuevo estadio. Se han logrado resultados históricos en las principales magnitudes: 61 millones de toneladas de tráfico total (+26%), 3 millones de TEU (+32%), 14,5 millones de toneladas de graneles líquidos (+27%) y 4,1 millones de pasajeros (+4,5%). Unos datos y crecimientos récord que no sólo se reflejan en el global del año, sino que se han mantenido mes a mes, y que se han producido en un contexto en que las economías española y catalana han crecido del orden del 3,1% y del 3,4% respectivamente.
Además, cabe destacar que somos el puerto que más crece de Europa y que los datos registrados indican también una importante recuperación de los niveles de precrisis. Este hecho es especialmente significativo en el caso de los contenedores de importación, que por primera vez superan los resultados obtenidos en el 2007. En conjunto, podemos decir que estamos en una situación totalmente diferente a la que nos encontrábamos hace diez años y que nuestros resultados son un reflejo muy nítido de la evolución de la economía de nuestro entorno.
Indudablemente este salto de escala tiene una relación directa con el esfuerzo inversor realizado por el Port de Barcelona en los últimos años, que ha permitido llevar a cabo la ampliación que ha doblado la superficie portuaria hasta las 1.300 hectáreas y ha aumentado la capacidad de las terminales y muelles. De este modo, el Port se ha podido adaptar mejor a las necesidades del mercado y a los cambios de la industria marítima, con los procesos de concentración de navieras, la tendencia al gigantismo de los buques y las nuevas exigencias operativas y de sostenibilidad. El cambio de escala también tiene que ver con la ampliación de mercado del Port a través de la estrategia de la mayor presencia en el hinterland, materializada en la red de terminales marítimas interiores en lugares clave de nuestra zona de influencia, como Aragón, Madrid, Navarra y sur de Francia, entre otros.
Asimismo, el incremento de la actividad se ha traducido en unos resultados económicos positivos: el importe neto de la cifra de negocio del Port de Barcelona ha alcanzado los 167 millones de euros, un 7% más que el ejercicio anterior, y se han registrado unos beneficios de 50 millones de euros (+ 50%). Destaca la capacidad de generación de recursos (cash flow) de la entidad, que con 98 millones de euros ha crecido un 14% respecto al ejercicio anterior. Hay que recordar que las actuaciones inversoras del Port se llevan a cabo con recursos propios, por lo que una buena gestión económico-financiera ha sido primordial para afrontarlas con firmeza.
En este sentido, en el 2017 el Port de Barcelona ha conseguido reducir de manera significativa la deuda a largo plazo que tiene contratada con el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Este año el endeudamiento se ha reducido un 8%, hasta los 281,1 millones de euros, y representa un 21% de los fondos propios.
Durante este ejercicio, el Port ha invertido un total de 56,6 millones de euros, de los cuales más de 50 han ido dirigidos a infraestructuras y, de estos, una gran parte a actuaciones de mejora y ampliación de la infraestructura ferroviaria. En línea con la estrategia intermodal y de accesibilidad portuaria, en el 2017 se han podido completar el nuevo acceso viario-ferroviario del muelle Álvarez de la Campa y la terminal de expedición y recepción del muelle Prat, mientras que han continuado los trabajos de ampliación de la terminal ferroviaria del muelle Príncipe de España. Además, el Port de Barcelona tiene en curso proyectos de inversión privados en todos sus ámbitos, fruto de la confianza e implicación de las empresas instaladas en su territorio.
En el ámbito de negocio, la actuación del Port de Barcelona se articula en torno al impulso de la competitividad, el crecimiento y la sostenibilidad. Una de las vías para ser más competitivos como comunidad portuaria es ofrecer garantías de calidad en la operativa. Este es el objetivo de la Marca de Calidad del Port, Efficiency Network, a la que ya están adheridas un total de 85 empresas, y que este año ha ampliado la certificación al ámbito de los Servicios al Buque. Igualmente, se ha presentado una nueva edición del Port Challenge Barcelona, el programa de aceleración de empresas que el Port desarrolla en colaboración con Founder Institute y que pretende favorecer la creación de nuevas empresas de base tecnológica que ayuden a mejorar la eficiencia, la competitividad y la excelencia de servicio de la Comunidad Portuaria.
En cuanto al crecimiento, también se impulsa a través de una intensa acción comercial en los mercados cercanos y lejanos y de una adaptación a las nuevas necesidades de estos, muchas vinculadas a la digitalización, además del intercambio de conocimiento y la formación. En este sentido, por citar algunos ejemplos, el Port ha seguido trabajando intensamente en el proyecto Digital Port; ha acogido la ChainPORT Academy, un evento organizado por la red internacional de smart ports del mismo nombre; ha desarrollado un programa de formación para empresas importadoras y exportadoras, y ha celebrado la segunda edición de Port Innova-Barcelona Puerto Hackathon, proyecto que implica a estudiantes de Formación Profesional y a empresas del sector portuario y sitúa el Port como referente en innovación sectorial.
La sostenibilidad es, igualmente, un tema central del Port de Barcelona y en 2017 ha quedado evidenciado con el Plan de Sostenibilidad Sectorial, que contiene un plan de acción, fruto del diálogo y reflexión de las 53 empresas e instituciones que han participado en la Memoria de Sostenibilidad 2016. Pero esta cuestión no solo es primordial sobre el papel, sino que este año también hay moltes actuacions concretes muchas actuaciones concretas que la hacen patente, algunas vinculadas al Plan de Mejora de la Calidad del Aire.
Así, el Port de Barcelona ha seguido avanzando en tres proyectos piloto basados en el uso de gas natural como combustible alternativo para barcos, vehículos y maquinaria de terminal: la adaptación de dos straddle carrier a gas natural, el diseño de un remolcador impulsado por gas natural y la puesta en servicio de un generador móvil para suministrar electricidad a buques ro-ro. Se trata de iniciativas lideradas por el Port de Barcelona que forman parte del programa europeo CORE LNGas hive para promover el gas natural como combustible en el ámbito marítimo y portuario. Por otra parte, el Port ha invertido cerca de 1 millón de euros en la promoción de la movilidad eléctrica, con la incorporación de 31 vehículos eléctricos e híbridos a su parque móvil, en sustitución de antiguas unidades con motorización diésel y gasolina, y con el diseño y construcción de 47 puntos de carga de los vehículos eléctricos. Además, para potenciar el transporte de vehículos nuevos en las autopistas del mar, el Port participa con el puerto esloveno de Koper en el proyecto CarEsmatic, que tiene el apoyo del programa 2015 CEF (Connecting Europe Facility) de la Comisión Europea, que participa en un 30% de su presupuesto. Esta iniciativa también analizará las necesidades logísticas de los vehículos eléctricos y la forma en que los puertos y los diferentes operadores deberán adaptarse para responder a estas exigencias.
Con el salto de escala efectuado el 2017, el Port de Barcelona ha alcanzado un gran logro y eso hace más grande el reto que tenemos por delante. Ahora el objetivo a corto y a medio plazo es consolidar este salto cualitativo conseguido con el esfuerzo colectivo de toda la Comunidad Portuaria. Y el camino nos lo marcan los ejes establecidos por el Plan Estratégico del Port de Barcelona, al que se alinean todas nuestras actuaciones. Sólo siendo competitivos y coherentes con nuestros principios de sostenibilidad económica, social y medioambiental podremos mantener nuestra aportación de valor a la economía y seguiremos siendo una infraestructura capital y decisiva para el país.
Sixte Cambra
Presidente del Port de Barcelona